Los inquietantes pasillos de los hoteles y moteles canadienses...
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sábado, 10 de abril de 2010
miércoles, 21 de octubre de 2009
Oriente en Occidente
Adivinan dónde han sido tomadas estas imágenes?
No, no pertenecen a ningún país oriental.
Son instantáneas tomadas en la ciudad de Vancouver y en Victoria, la capital de la de la Columbia Británica.
Esto es Canadá.
Alrededor del 11% de la población canadiense es de origen asiático y se concentra en las grandes áreas urbanas de Ontario sur, Vancouver y Montreal.
La mayor parte (casi dos millones de personas) de esta "inmensa minoría" es de origen chino y desciende de los emigrantes que, a finales del siglo XIX, partieron de Guangdong a Canadá para construir la red ferroviaria que atravesaría las Montañas Rocosas. También llegaron muchos japoneses, que se establecieron como mercaderes y pescadores por toda la Columbia Británica.
En 1923, el gobierno federal aprobó el acta de Inmigración China, impidiendo con ello la entrada al país a cualquier inmigrante chino, y, por extensión, a cualquiera que no fuera blanco. En 1947, dicha acta fue revocada.
Durante la guerra de Vietnam, numerosos refugiados vietnamitas llegaron a Canadá, y cuando Hong Kong fue devuelto a China, se provocó otra oleada de inmigración de ciudadanos chinos que establecieron sus negocios en los distritos comerciales de las grandes ciudades. En las últimas décadas, se ha añadido una importantísima colonia india y filipina (casi millón y medio de personas): sus habilidades para hacer negocio y el dominio del inglés han facilitado sobremanera su integración.
Tanto en Vancouver como en Victoria hay grandes barrios chinos, los más grandes del continente americano después del existente en San Francisco. Es curioso comprobar como esos barrios son, a la vez, el centro histórico de sus respectivas ciudades, lo que da fe de la longevidad de la presencia asiática en tierras canadienses. En esos barrios tomé las fotos de más arriba, pero en cualquier parte de las ciudades -en sus calles, en los comercios, en el transporte público- se percibe la importancia, el tamaño y, lo que es más importante, el grado de integración natural que esta variopinta y multinacional comunidad tiene en este joven país.
Un servidor, que viene de España y de Cataluña, donde de una forma cada vez más preocupante se contempla a la inmigración como un problema grave de seguridad, no puede evitar admirar adonde se puede llegar con la cultura y el respeto como flamantes banderas que sustituyan a las existentes, ya raídas y gastadas por los discursos de los "padres de la patria" (de las patrias) y de tanto hipócrita suelto.
No, no pertenecen a ningún país oriental.
Son instantáneas tomadas en la ciudad de Vancouver y en Victoria, la capital de la de la Columbia Británica.
Esto es Canadá.
Alrededor del 11% de la población canadiense es de origen asiático y se concentra en las grandes áreas urbanas de Ontario sur, Vancouver y Montreal.
La mayor parte (casi dos millones de personas) de esta "inmensa minoría" es de origen chino y desciende de los emigrantes que, a finales del siglo XIX, partieron de Guangdong a Canadá para construir la red ferroviaria que atravesaría las Montañas Rocosas. También llegaron muchos japoneses, que se establecieron como mercaderes y pescadores por toda la Columbia Británica.
En 1923, el gobierno federal aprobó el acta de Inmigración China, impidiendo con ello la entrada al país a cualquier inmigrante chino, y, por extensión, a cualquiera que no fuera blanco. En 1947, dicha acta fue revocada.
Durante la guerra de Vietnam, numerosos refugiados vietnamitas llegaron a Canadá, y cuando Hong Kong fue devuelto a China, se provocó otra oleada de inmigración de ciudadanos chinos que establecieron sus negocios en los distritos comerciales de las grandes ciudades. En las últimas décadas, se ha añadido una importantísima colonia india y filipina (casi millón y medio de personas): sus habilidades para hacer negocio y el dominio del inglés han facilitado sobremanera su integración.
Tanto en Vancouver como en Victoria hay grandes barrios chinos, los más grandes del continente americano después del existente en San Francisco. Es curioso comprobar como esos barrios son, a la vez, el centro histórico de sus respectivas ciudades, lo que da fe de la longevidad de la presencia asiática en tierras canadienses. En esos barrios tomé las fotos de más arriba, pero en cualquier parte de las ciudades -en sus calles, en los comercios, en el transporte público- se percibe la importancia, el tamaño y, lo que es más importante, el grado de integración natural que esta variopinta y multinacional comunidad tiene en este joven país.
Un servidor, que viene de España y de Cataluña, donde de una forma cada vez más preocupante se contempla a la inmigración como un problema grave de seguridad, no puede evitar admirar adonde se puede llegar con la cultura y el respeto como flamantes banderas que sustituyan a las existentes, ya raídas y gastadas por los discursos de los "padres de la patria" (de las patrias) y de tanto hipócrita suelto.
miércoles, 17 de junio de 2009
La América de Canadá

Eso es lo único que le queda a Ennis del Mar de Jack Twist, el amor de su vida, al final de "Brokeback Mountain", la espléndida película de Ang Lee.
En la foto, la montaña de Brokeback: su santuario y refugio, su cielo protector, el lugar testigo de su amor imposible.
Aunque hablamos de una montaña fictícia dentro de una historia que se desarrolla en Wyoming, el rodaje de este filme fue llevado a cabo -en su mayor parte- en la provincia canadiense de Alberta, contigua a la Columbia Británica.
Canadá es un gran escenario natural para gran parte de las producciones actuales de Hollywood. Si unimos la similitud de sus espacios naturales o urbanos con los norteamericanos, a las facilidades para rodar y al coste inferior que supone con respecto a hacerlo en E.E.U.U. parece claro que acabe siendo plató para muchas de las películas y series de televisión que acabaremos viendo a lo largo del año.
La lista es interminable: la trilogia de los "X-Men"
,"Superman", "Insomnia" , "Watchmen", "Leyendas de pasión", "Expediente X" (la serie de televisión y las dos películas), "Blade Trinity"...
En Vancouver también se ha rodado -se estrena a finales de año- "Luna nueva/New Moon" , la continuación de "Crepúsculo / Twilight" (2008), el megaéxito mundial del pasado año. Y está en fase de rodaje "Tron 2.0", que promete ser una de las películas más caras de la historia
Incluso nuestra Isabel Coixet (de la que les he hablado con anterioridad) rodó "Mi vida sin mí" y "Elegy" -2 de sus mejores películas- aquí.
Contaba Ang Lee que, aunque en Norteamérica había encontrado localizaciones excelentes para su película, las canadienses transmitían mas sensación de pureza, de grandeza -¡ese cielo!- para arropar a sus protagonistas: "Te das cuenta, cuando colocas la cámara, de que tienes que enfocarla un poco hacia arriba; el cielo es tan grande... No son solo los grandes paisajes, sino el gran cielo"
Estuve recorriendo parte de Alberta hace ya casi un mes, y pasé por lugares compartidos por Jack y Ennis. Contemplando la mayestática grandiosidad de sus montañas, su presencia casi sagrada, pensé en ellos.
No me resultó dificil entender por qué allí fueron libres para amarse.
y hace 1 año y 4 días: "Blues de Japón"
jueves, 11 de junio de 2009
Vancouver "kawaii"
Son las mascotas de los Juegos Olímpicos de invierno de 2010, a celebrarse en la ciudad de Vancouver, y han sido creadas por Vicki Wong (Vancouver) y Michael Murphy (Los Angeles), una pareja de diseñadores que trabajan bajo el nombre de Meomi.
Mukmuk (con gorro naranja) es una marmota de la isla de Vancouver, a la que le encanta comer. Quatchi ( el gigante peludo con orejeras) es un sasquatch (una especie de criatura de los bosques que sirve para recordarnos lo que la naturaleza aún tiene de misteriosa) aficionado al hockey.
Sumi (el pequeñito vestido de verde) es un espiritu animal que vive en las montañas de la Columbia Británica y Miga (el más kawaii de todos, con su verde bufanda) es un joven oso marino, amante del surf y la diversión.
Cuando estuve en Japón pude comprobar el amplio uso que se hace de dibujos y figuras infantiles para documentar las normas que rigen la cotidianeidad de sus ciudadanos. En cierto modo, es como si con su amabilidad y simpatía -no exenta de premeditada ingenuidad- se pretendiera rebajar la pesadez del corsé de normas y reglas con el que los japoneses tienen que convivir a diario.
Existe toda una amplia cultura popular agrupada bajo la denominación kawaii -podría traducirse como "mono" o "lindo"- que ha trascendido el territorio japonés y llegado a todos los rincones del planeta. Digamos que en Occidente nos hemos quedado con los aspectos más superficiales (lo kawaii tiene connotaciones y significados mucho más profundos en Japón) y estos cuatros seres canadienses serían un buen ejemplo de ello.
Aquí, en España, Cobi o Pocoyó serían las aportaciones más universalmente exitosas hechas al mundo de los seres animados (mucho más kawaii el segundo que el primero).
A mí siempre me han gustado mucho los muñecos, supongo que debido a mi afición infantil al dibujo y a la lectura de tebeos.
No sé como lo verán ustedes, pero bastante duro y grís es el entorno en el que nos movemos para que no sean bien recibidas las salpicaduras de color que suponen estas criaturas que nos conectan con nuestro lado más tierno y amable y que hacen aflorar una sonrisa a nuestra adusta faz.
viernes, 5 de junio de 2009
Mi Canadá
Ríos pristinos repletos de troncos flotando, pétreas montañas espolvoreadas de blanco, interminables trenes de mercancías, mastodónticos camiones cromados y anaranjados autobuses escolares, rancheras 4x4 por doquier, muelles de madera, barrios chinos, downtowns fantasmales, totems multicolor, multiculturalidad amable y curiosa, muchas sonrisas, servicios sociales y gente a la que servir a sus puertas, plácida conducción (mecido por las voces de Rufus, de Ron, de K.D., de Feist, de M. Ward, de Jens, de Kurt...) por carreteras infinitas, una cerveza Sleeman (o Molson) al final del día, suero para limpiar mis manos, cascadas, porcelanosos glaciares fundiéndose paulatinamente al sol, oseznos esquivos, caribues invisibles, castores apagafuegos, invernales mascotas olímpicas, caminar sobre gélidos lagos turquesa, un inmenso y pacífico océano incendiado por el crepúsculo, queridos faros rojiblancos, ballenas cercanas -¡por fín!- pero no lo suficiente, infantiles marsopas jugueteando con la estela de los barcos, mis rodillas enterradas en la nieve, huevos y más huevos para desayunar, la copa de Europa en un ferry, lynchianos pasillos de motel, preciosas aldeas (el descuido hecho arte), chatarras y herrumbre sobre la hierba perfumada, árboles milenarios, hojas y sirope de arce, praderas en scope, el silencio de la Columbia Británica...
y Labrador, Nueva Escocia y Terranova, esperándome algún día en la otra costa
Así es mi Canadá

y Labrador, Nueva Escocia y Terranova, esperándome algún día en la otra costa
Así es mi Canadá
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