martes, 25 de enero de 2011

Play it again, Nile!


La noticia apareció la pasada semana en algunos medios de comunicación.
Nile Rodgers daba a conocer que padecía un cancer agresivo de próstata y que había sido intervenido quirúrgicamente de urgencia a principios de este mes.

Debo decirles que Nile Rodgers es uno de mis musicos favoritos desde mi adolescencia, todo un maestro de la guitarra cuya enorme influencia en el manejo de la rítmica -ese estilo tan personal, telegráfico, preciso y limpio-  ha traspasado el cambio de siglo y sigue vigente en las nuevas generaciones de músicos de pop, rock y funk.



A finales de la década de los 70, Nile, junto con el bajista Bernard Edwards, forma uno de los tandems compositores/productores/instrumentistas/arreglistas más brillantes de todos los tiempos . En efecto, con su grupo CHIC y su ultrasofisticada y elegantísima disco music, reinan mundialmente en el periodo 1977-1980 y sus servicios son requeridos por artistas de la talla de Diana Ross ("Diana"), Carly Simon ("Why"), Johnny Mathis, Deborah Harry ("Koo Koo") o Sister Sledge ("We are family", "Got to love somebody"). Canciones como "Good times",  "Le freak", " I want your love", "We are family", "Spacer",   "I´m coming out" o "Upside down" forman ya parte de nuestra memoria colectiva, a la vez que se erigen como gemas modélicas, no solo de un género denostado como pocos, sino de la música en su acepción más popular.

En los 80, Nile Rodgers publica dos infravalorados discos en solitario y se convierte en el productor más solicitado por las estrellas del pop, del rock y del r´n´b: Madonna ("Like a virgin"), David Bowie ("Let´s dance", "Black tie, white noise")), Duran Duran ("Notorious"), Grace Jones ("Inside story"), Al Jarreau ("L is for Lover"), Philip Bailey, The B-52´s ("Cosmic thing"), Mick Jagger ("She´s the boss"), entre otros, buscan su toque mágico y firman algunos de sus mejores trabajos.
En la actualidad, Nile seguía hiperactivo, dedicándose en cuerpo y alma a la We are family Foundation (la fundación que él creó, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, con el fin de crear y apoyar proyectos que eduquen e inspiren a las nuevas generaciones en el respeto, la comprensión y la diversidad cultural), mantenía su ritmo frenético como músico y productor, giraba con la última versión de CHIC (ya sin Bernard Edwards ni el gran baterista Tony Thompson, fallecidos en 1996 y 2003, respectivamente), y mantenía vivo el legado del grupo con la reciente publicación de "The CHIC Organization Box Set Vol. 1 Savoir Faire " una caja de 4 cedés repleta de clásicos, rarezas, inéditos propios y de otros artistas y remezclas.

Nile ha tenido el coraje de abrir un blog, "Walking on planet C" ("Caminando por el planeta C", la C de cáncer), para hablarnos en tiempo real de su enfermedad, de sus miedos, de su estado físico, de su operación, de sus paseos diarios por una Nueva York nevada, del temor a no poder nunca más tocar la guitarra, ante el cual la muerte se le revela como una opción válida. Resulta dificil no emocionarse cuando nos cuenta que entró en una cafeteria donde sonaba su clásico "We are family" y todo el personal del local estaba cantándola. Él les dijo "Wow, esta es mi canción!" y le miraron como si estuviera pirado. Nadie sabía que la había co-escrito. Sus ojos se le llenaron de lagrimas, él sabía que la gente no tiene por qué conocer a los compositores de las canciones, pero esta era "We are family", escrita por él y Bernard Edwards, ambos residentes en Nueva York, y se sintió realmente herido. Se secó las lagrimas, les dijo que él había escrito la canción que cantaban, se terminó el café, sonrió, dió un abrazo a todos y se despidió. Camino de casa, cantó para él mismo "We are family" tres veces entera.

"El cancer es horrible, te hace pensar un montón, tenía miedo de morir y sentía lástima de mí mismo. El cancer también hace eso. Pero mi tristeza era real. El cancer es una enfermedad humillante y quería sentirme digno" .

"Mis paseos matinales tienen un doble propósito: hacer todo lo que esté en mis manos para sanar e intentar dejar el cancer atrás y compartir los "Good Times" ("Buenos momentos") y recuerdos felices de un perdido compañero de composiciones con cualquiera que escuche. Hicimos música alegre, que elevaba el espiritu, y estoy orgulloso de ello".

Ojalá, Nile, que estés pronto recuperado. Necesito, necesitamos más gente como tú.
Más música como la vuestra.

viernes, 14 de enero de 2011

Mis películas de 2010

Los que seguís esta bitácora sabeis de mi afición al cine.
Hoy os traigo mis películas favoritas de las vistas entre las estrenadas hasta septiembre de 2010, fecha en la que, por circunstancias personales, tuve que dejar de acudir a locales públicos cerrados.

Comienzo con un par de películas españolas.

"María y yo"
(Felix Férnandez de Castro, España)

Excelente debut en el largometraje cinematográfico del prestigioso director publicitario Felix Fernandez de Castro, adaptando a la gran pantalla  "Maria y yo", el  premiado cómic de Miguel Gallardo (ver en este blog "Soy únic@, como los demás") donde nos daba a conocer su relación con María, su hija autista de 14 años, durante su estancia en Gran Canarias, donde ésta vive con su madre, la ex-mujer de Miguel. Documental protagonizado por los personajes reales y que se ve como ficción, totalmente atípico, sobrio, cercano, recoge los aciertos visuales del cómic y aporta otros de cosecha propia. El conjunto destila vida, sensatez, humanidad, cariño, humor y ofrece reflexiones de profundo calado sobre la diferencia y la normalidad en esta sociedad teóricamente igualizante en aras de la corrección política pero profundamente injusta a la hora de llevar sus postulados a la práctica.
Mi momento favorito: Miguel y María jugando y buceando en la piscina del hotel mientras suena "Batiscafo Katiuscas" de Antónia Font. María y el comandante de un submarino abisal, ambos viajando por un mundo tan mágico como lejano y solitario, a 30000 kilómetros de todos nosotros.
No se la pierdan. (ver trailer)


"Nacidas para sufrir"
(Miguel Albaladejo, España)

El irregular pero siempre interesante Miguel Albaladejo ( "La primera noche de mi vida", "Manolito Gafotas", "El cielo abierto"),  intenta -y consigue- montar una sutilmente feroz comedia negra, inspirada por aquellas de Azcona y Ferreri ("El pisito", "El cochecito")que reflexiona sobre la condición femenina en ambientes rurales. Soledad, vejez, dependencia,enfermedad, servido por un plantel de excelentes actrices (inconmensurables Adriana Ozores y Petra Martinez). A Albaladejo siempre se le reprocha su tibieza en los planteamientos, pero pocos como él captan y retratan la España a ras de suelo, sus usos y costumbres, siempre desde una perspectiva humanista y comprensiva. "Nacidas para sufrir" se ve perjudicada por su apariencia de comedia  (el cartel publicitario pseudoalmodovariano no ayuda nada) y por un giro argumental final inesperado y poco convincente, pero por el camino, sin levantar la voz, ha dejado más verdad sobre lo que cuenta que otras obras pretendidamente más serias y mejor consideradas. (ver trailer)


De las cintas de animación, me quedo con estos dos títulos:


 "Como entrenar a tu dragón"
(Dean DeBlois & Chris Sanders, E.E.U.U.)

(ver "De dragones y niños")

Con permiso de Pixar y su "Toy Story 3", la mejor película de animación de 2010.
La he visto dos veces en cine y me regalaron el DVD estas navidades.
De aliento clásico, belleza pictórica, repleta de reconfortante emoción y con un espléndido detalle final de madurez -inesperado en una película infantil- que acaba de engrandecerla.




"Toy Story 3"
( Lee Unkrich, E.E.U.U.)

Ya se ha dicho de todo y bueno sobre esta película, último jalón de Pixar. Aunque me encantan las tres partes, sigo teniendo debilidad por el pluscuamperfecto primer "Toy story". De éste me quedo con el brillante arranque (la visualización desde la perspectiva del juguete de esas surrealistas aventuras que los niños se inventan al jugar), la triste historia del oso Lotso contada por el siniestro payaso Chuckles, la fenomenal transformación del señor Patata en señor Tortita (ésto debería ser Oscar al mejor actor secundario) y el sobrecogedor climax en la incineradora.


Desde el corazón de Europa, dos cineastas austríacos ejercieron de cirujanos y hundieron sus bisturíes en sendos microcosmos europeos


"Lourdes"
(Jessica Hausner, Austria, Alemania, Francia)

La austríaca Jessica Hausner nos lleva a Lourdes, el supermercado de los milagros, de la mano de la escéptica y curiosa Christine (espléndida Sylvie Testud), una joven tetrapléjica postrada en una silla de ruedas, y se aplica a fondo, de una forma tremendamente respetuosa, no sólo para retratarlo en su alucinante y absurda dinámica de funcionamiento, sino para reflexionar sobre las contradictorias corrientes emocionales que se crean entre trabajadores y creyentes, visitantes y religiosos, guardias y enfermeras, enfermos y familiares. "¿Quien merece un milagro?" " Es Dios justo?" y muchas más preguntas por responder en esta sorprendente y rigurosa película de sereno, impecable pulso cinematográfico (brillante el uso de Hausner del plano-secuencia) y moral.


"La cinta blanca"
(Michael Haneke, Alemania, Austria, Francia, Italia)

Michael Haneke, en esta ocasión, y después de dedicar su filmografía a diseccionar de forma implacable los males ocultos en nuestra "avanzada" sociedad actual, nos lleva a una comunidad rural de la Alemania de comienzos de siglo previa a la guerra, para indagar en la soterrada violencia del mundo adulto y sus tremendas consecuencias en los jóvenes. Mucho se ha hablado sobre sus significados -¿parábola sobre el nacimiento del fascismo?¿del nazismo?-, pero a mí lo que más me gusta de este filme es que su aspecto visual pesa tanto o más que el ideológico. Aquí Haneke rueda con una depuración extrema, en blanco y negro impecable, recordándonos que además de fustigador de conciencias es un cineasta de raza.


"Las posibles vidas de Mr. Nobody / Mr. Nobody" 
(Jaco Van DormaelBélgica, Francia; Alemania, Canadá, Reino Unido, E.E.U.U.)

Superproducción europea (40 millones de euros) con reparto internacional (Jared Leto, Diane Kruger, Sarah Polley, Rhys Ifans), destinada a convertirse con el paso del tiempo en objeto de culto.
Desde el futuro, Nemo Nobody, de 118 años, el último mortal en un mundo inmortal, rememorará su existencia desde su nacimiento y todas las decisiones, reales o no, que determinarán que su vida se desdoble y discurra en múltiples direcciones paralelas.
Si lo que les he contado hasta ahora les echa para atrás, les diré que se perderían una de las películas más hermosas y románticas de los últimos tiempos.
Coctel futurista y metafísico de fascinante, imaginativa y bellísima caligrafía visual , "Las posibles vidas..." es, ante todo una gran historia de amor. De amores. (ver trailer)


 "Una educación"
(Lone Scherfig, Reino Unido)

(ver "Una educación necesaria")

Nick Hornby se basó en las memorias de juventud de la periodista británica Lynn Barber para la escritura de su primer guión cinematográfico, este "Una educación". La danesa Lone Scherfig ("Italiano para principiantes", "Wilbur se quiere suicidar") lo dirigió con elegancia exquisita, consiguiendo una de las películas del año. De aguas calmas, pero con carga profunda, esta reflexión sobre el papel de la mujer en la asfixiante Inglaterra Pre-Beatles se beneficiaba de brillantes diálogos, exquisita ambientación y  un fenomenal reparto encabezado por la estupenda Carey Mulligan, toda una estrella para los próximos años.


"The Cove"
(Louie Psihoyos, E.E.U.U.)

Ric O´Barry fue, mientras duró su emisión, el entrenador de los delfines que protagonizaron la exitosa serie "Flipper", en la década de los 60 del siglo pasado . Vivía una vida de lujo y éxito, sin reparos morales a los aspectos turbios de su actividad de reclusión y adiestramiento de especies salvajes. Hasta que un día, uno de los delfines se suicidó en sus brazos: simplemente, eligió dejar de respirar. Profundamente impresionado, decidió dedicar su vida a denunciar la explotación de las especies salvajes en los parques marinos. Eso le lleva a una cala ultrasecreta de la costa japonesa, fuertemente custodiada con los últimos adelantos técnicos, donde cada año se dan citas cuidadores de todo el mundo para elegir los mejores delfines para sus espectáculos. El resto son cruelmente exterminados.
"The cove" documenta, como si de una película de acción y espionaje se tratara, las actividades del grupo que recluta para hacer llegar al mundo las imágenes de ese vergonzosa masacre.
Tan entretenida y absorbente como el mejor cine americano, e ideal para despertar conciencias adormecidas.
(ver trailer)


"El escritor / The ghost Writer"
(Roman Polanski, Francia-Alemania-Inglaterra)

El thriller del año y una película sólida como pocas. Polanski hace de la contención virtud y valiéndose de escasos escenarios bien definidos (un transbordador, una terminal de embarque, una playa, una casa bunker), envolviéndolos en un gris que va a ser el tono de las peripecias de un atribulado Ewan McGregor como escritor de las memorias de un ex-primer Ministro acusado de crimenes de guerra. Hipnótica, atravesada por un constante y negrísimo sentido del humor,"El escritor" nos devuelve el placer de la historia bien contada - y no exenta de reflexiones personales (no cuesta ver a Polanski enclaustrado en esa casa)- por un maestro en plena forma.

domingo, 2 de enero de 2011

Navidad en rojo



sábado, 1 de enero de 2011

Mis libros de 2010

Hoy os traigo mis libros favoritos de los leidos entre lo publicado en 2010.

En literatura, la forma (el estilo) suele prevalecer sobre el fondo (la historia). No es el caso de "El infierno de los jemeres rojos" (2007, Libros del Asteroide 2010), de Denise Affonço, el relato en primera persona de la autora como superviviente de uno de los genocidios más cruentos de la historia de la humanidad, el perpetrado por los jemeres rojos en Camboya desde 1975 a 1979, con el balance de 2 millones de muertes, la cuarta parte de la población del país. Con sencillez, sin florituras, con el sobrecogimiento que provoca el dolor por la perdida de los seres queridos, Affonço nos relata los 4 años de trabajos forzados en los campos de Camboya después de ser obligada, junto a su familia y al resto de habitantes, a abandonar Phnom Penh, la capital. Recopilado de los cuadernos que la autora escribió en 1979, mientras preparaba su testimonio en el proceso contra Pol Pot, el principal lider jemer, "El infierno..." es un escalofriante descenso a los infiernos del alma humana.


El sudafricano J.M. Coetzee continúa reinventándose a cada novela. "Verano" (2009, Mondadori 2010) sería la tercera parte de una supuesta trilogía autobiográfica, tras "Infancia" y "Juventud". Sigue sorprendiendo la forma nada complaciente del autor para presentarse a sí mismo. En esta ocasión se imagina ya muerto, mientras que un periodista que prepara una novela sobre él entrevista a varias personas que le conocieron en la época en la que estaba a punto de encauzar su vocación como escritor. Amantes, madres de alumnas, familiares, colegas de escritura, desfilan y van dejando retazos de la personalidad del autor. Corresponde al lector tomarlo todo como una realidad ficcionalizada o como una ficción trufada de fragmentos reales; Coetzee pone la ironía, el autoflagelo, y la imaginativa brillantez para dar vueltas de tuerca sobre sí mismo y su obra.



(ver "Siempre aquel día")
Sin duda, "Siempre el mismo día" (2009, Maeva 2010) , de David Nicholls, es uno de los libros más divertidos y emocionantes de este año, ejemplo de romanticismo exento de ñoñez y lugares comunes, de brillantez en diálogos, de desarrollo de personajes, de lo que debería ser la literatura comercial de calidad.
O la literatura, a secas.






 El salto del anglo-japonés Kazuo Ishiguro de la novela al relato corto se salda con la brillantez y belleza de este "Nocturnos" (2009, Anagrama 2010). 5 relatos con la música como hilo conductor en forma de canción o instrumento y como protagonistas a músicos o cantantes, más o menos talentosos, en momentos peculiares de sus vidas en los que encuentran a otras personas que, quizás, cambiarán el rumbo de sus existencias.
Tan vaporoso y sutil como siempre, elegante como pocos, perfecto en la descripción de personajes, Ishiguro no cierra ningún circulo y deja que sea el conjunto el que acabe dejándote esa sensación tan adictiva de magia y nocturnidad, de irrealidad y extrañeza.



 (ver "Suicidio y maratones")
La editorial Sajalín prosigue con su encomiable labor de traernos joyas ocultas de la literatura mundial. Osamu Dazai es hoy día un clásico en Japón, e "Indigno de ser humano" (1948, Sajalín 2010), su obra más apreciada y leida, todo un breve tratado sobre la condición humana y la imposibilidad de reconducir el destino propio una vez éste se ha fijado en tu mente.






El catalán Jordi Puntí, al contrario que Kazuo Ishiguro, salta del relato corto a la novela, y lo hace con "Maletas perdidas" (2010, Salamandra), historia de cuatro hermanos de madres diferentes pero mismo padre, un camionero que ha ido creando vidas paralelas en diferentes ciudades de Europa incluidas en su ruta como transportista. El conocimiento fortuito de esa realidad oculta lleva a esos hermanos a intentar averiguar quien es, realmente, ese padre al que han conocido intermitentemente y que parece haber sido tragado por la tierra.
Puntí aprovecha la amplitud geográfica (varios paises de Europa) e histórica (casi 4 décadas abarcadas) para realizar un fresco de la sociedad española que obligó a emigrar o trabajar fuera de sus fronteras a muchos de sus componentes. Quizás Puntí acaba muy contento del artefacto que ha urdido y lo recarga en exceso, pero eso no es óbice para recomendarles su lectura.

 Richard Price tiene a sus espaldas una larga carrera como novelista y guionista de cine. Más recientemente, salta a la televisión y brilla con sus guiones para la serie de culto "The Wire".Sus historias, tan urbanas como humanas, se sitúan siempre en un Nueva York convertido en microcosmos de bondades y miserias humanas, y Price las dota de preciso verismo descriptivo y de una habilidad excepcional para la creación de diálogos.
"La vida fácil" (2008, Mondadori 2010), su hasta ahora última novela, parte de un crimen para reflejar la realidad de todos los personajes que, directa o indirectamente, se han visto o se verán involucrados en él. No es una novela policíaca, aquí es más importante la sensación de conjunto que desprende al final que la resolución criminal de la historia. Por el camino, habremos quedado absorbidos por el talento de Price para unos diálogos absolutamente memorables en su credibilidad.


 El noruego Per Petterson corre el riesgo de ser confundido con otro nórdico aficionado a la escritura de novela criminal. Craso error, ya que nos encontramos ante uno de los narradores europeos más interesantes de la actualidad, como ya demostró en su anterior libro, el magnífico "Salir a robar caballos". "Yo maldigo el río del tiempo" (2008, Mondadori 2010) indaga en la crisis personal de un hombre inmerso en un proceso de divorcio al que a su madre le es diagnosticado un cáncer. El viaje y la visita para hacerse cargo de su cuidado hará que vuelva la vista a su pasado, donde no va a encontrar el consuelo que echa a faltar en el presente. A pesar del sombrío panorama de la sinopsis, no estamos ante un dramón . A Petterson le preocupan más los personajes que el argumento y los dota de las suficientes aristas tragicómicas para que resulten atractivos y cercanos al lector. Todo un talento a seguir.