Es curioso comprobar como surgen y hacia donde van los pensamientos que nos impulsan a escribir entradas en nuestras bitácoras. Yo comencé a hablarles de Isabel Coixet hace un par de semanas y la secuencia que les describo al comienzo me ha llevado, entrada a entrada, hasta Alejandro González Iñárritu y Barcelona, cerrando así hoy un imaginario círculo.
Resulta que este prestigioso director mexicano lleva varios meses filmando en Barcelona y alrededores (ha rodado muy, muy cerca del lugar donde vivo) "Biutiful " (sí, escrito así, tal cual), su -esperadísima- cuarta película, protagonizada por Javier Bardem.



El planteamiento inicial de "Biutiful" me parece muy inteligente.
El mexicano, con todo el star-system hollywoodiense llamando a su puerta (Pitt, Blanchett, Watts, Penn, Del Toro, etc), con el mundo a sus pies tras el éxito mundial de"Babel " (2006) , se quita de en medio y reaparece, al cabo de tres años, refugiado en una historia pequeña, de personajes marginales, rodada en castellano.
Cuenta Iñárritu que conoció Barcelona hace 28 años, cuando trabajaba en un barco carguero, y que la decisión de rodar esta historia aquí la tomó hace un par de años, visitando con su familia la ciudad.
Conociendo el tipo de historias que le interesa y los lugares donde ha rodado, que nadie espere una imagen sofisticada y complaciente de la ciudad y sí una inmersión en la "otra" Barcelona , ésa que nos da verguenza mirar y reconocer que existe, ésa que no podía aparecer nunca en "Vicky Cristina Barcelona" (2008), el último - y muy recomendable, por otra parte- trabajo de Woody Allen.
Coixet en Tokyo, Iñárritu en Barcelona...
Apuesto a que ninguno de los dos va a dejar indiferente a nadie.
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