jueves, 5 de marzo de 2009

Barcelona y "Biutiful"

Barcelona-Isabel Coixet-Rinko Kikuchi-Babel-Tokyo-Tsukiji-Tokyo-Rinko Kikuchi-Babel-Iñárritu-Barcelona.

Es curioso comprobar como surgen y hacia donde van los pensamientos que nos impulsan a escribir entradas en nuestras bitácoras. Yo comencé a hablarles de Isabel Coixet hace un par de semanas y la secuencia que les describo al comienzo me ha llevado, entrada a entrada, hasta Alejandro González Iñárritu y Barcelona, cerrando así hoy un imaginario círculo.

Resulta que este prestigioso director mexicano lleva varios meses filmando en Barcelona y alrededores (ha rodado muy, muy cerca del lugar donde vivo) "Biutiful " (sí, escrito así, tal cual), su -esperadísima- cuarta película, protagonizada por Javier Bardem.


Existe una enorme expectación por saber que está haciendo Iñárritu después del divorcio artístico de Guillermo Arriaga, guionista de "Amores perros ", "21 gramos " y "Babel ", sus tres películas anteriores. En este sentido, "Biutiful " se percibe casi como una prueba de fuego, como una oportunidad para demostrar que en él hay algo más, bastante más que ser el potente plasmador en imágenes de las alambicadas historias que escribe Arriaga.

Iñárritu me deslumbró - a mí, como a medio mundo- con ese puñetazo en la cara que fue "Amores perros " (2000), un filme intenso y poderoso como pocos. Los dos posteriores, aunque apreciables, no resultaban tan redondos como éste: la marca de la casa (esa estructura argumental, hecha de historias fragmentadas y entrecruzadas, sin conexión aparente pero finalmente convergentes, tan sorprendente en un principio e imitada luego hasta la saciedad) empezaba a dar muestras de agotamiento.

El planteamiento inicial de "Biutiful" me parece muy inteligente.
El mexicano, con todo el star-system hollywoodiense llamando a su puerta (Pitt, Blanchett, Watts, Penn, Del Toro, etc), con el mundo a sus pies tras el éxito mundial de"Babel " (2006) , se quita de en medio y reaparece, al cabo de tres años, refugiado en una historia pequeña, de personajes marginales, rodada en castellano.

Cuenta Iñárritu que conoció Barcelona hace 28 años, cuando trabajaba en un barco carguero, y que la decisión de rodar esta historia aquí la tomó hace un par de años, visitando con su familia la ciudad.
Conociendo el tipo de historias que le interesa y los lugares donde ha rodado, que nadie espere una imagen sofisticada y complaciente de la ciudad y sí una inmersión en la "otra" Barcelona , ésa que nos da verguenza mirar y reconocer que existe, ésa que no podía aparecer nunca en "Vicky Cristina Barcelona" (2008), el último - y muy recomendable, por otra parte- trabajo de Woody Allen.

Coixet en Tokyo, Iñárritu en Barcelona...
Apuesto a que ninguno de los dos va a dejar indiferente a nadie.

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