miércoles, 27 de enero de 2010

El futuro en el aire


"Up in the air"es la tercera película del prometedor director Jason Reitman, tras la excelente "Gracias por fumar / Thank you for smoking" (2005) y la éxitosa y agradable "Juno"(2007). Conjuga alguna de las virtudes de la primera ( brillantez en los diálogos, mordacidad en la crítica social) y algunos de los defectos de la segunda (una cierta dosis de moralina). El balance final del filme es, para mí, ligeramente insatisfactorio, pero mantengo la esperanza para sus futuras entregas. 
Lo que más me ha llamado la atención de esta comedia agridulce -¿o es un drama amable?- es todo lo relativo al oficio de Ryan Bingham, el protagonista, encarnado por George Clooney  (que está como la película: impecable mientras trabaja y viaja, menos convincente cuando decide dar un nuevo rumbo a su vida):Ryan despide gente, hace el trabajo sucio que no quieren hacer directivos y mandos de las empresas.
Y es todo un profesional.

Un familiar que también ha visto el filme me mostraba su sorpresa al saber de la existencia de empresas que se dediquen a este menester. A mí no me ha sorprendido nada.
Recientemente, he podido comprobar de cerca que el modus operandi que nos muestra la película se aplica también con éxito en este país.

El proceso es más o menos así: una empresa que se plantea un resizing (redimensionamiento)quiere prescindir de parte de su plantilla y para ello contrata a una empresa de outplacement (colocación en el exterior).
Esta empresa recibe el listado de personal afectado o el encargo de seleccionarlo y aplica un procedimiento que sirve para intentar amortiguar el impacto psicológico en el despedido, pero cuyo fín último es minimizar las consecuencias económicas y legales para la empresa.
Mediante entrevistas individuales (realizadas por personal especializado en dependencias habilitadas a tal efecto) notifican los despidos, pero se emplean a fondo para conseguir que el despedido pueda llegar a pensar que  ha estado perdiendo el tiempo toda su vida, que casi que le han hecho un favor despidiéndole.
Para ello les hablarán de recolocación en breve período de tiempo y con sueldos similares al actual, y les mostrarán sus altísimos porcentajes de éxito en la labor. En las entrevistas se les recordará la magnífica oportunidad de que disponen para emprender aquel proyecto soñado de su juventud, o para montar aquel negocio que siempre quisieron tener, o para trabajar en aquello para lo que tantas aptitudes muestran; se les hablará de "monitorización personalizada" (siempre tendrán a alguien siguiendo de cerca su caso, alguien a quien recurrir en cualquier momento mediante un teléfono de contacto), de cursillos, de bolsas de trabajo, de ofertas inmediatas, etc, etc... el transcurso del tiempo hará el resto del trabajo.

En la película, hay un momento brillante en el que un encantador Bingham/Clooney se despide de un recién despedido asegurándole que esa entrevista es el comienzo de una estrecha relación, el primero de una serie de futuros encuentros personales; acto seguido, su voz en off reconocerá que no volverá a verlo nunca.

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