Ásbyrgi

" No, no sería un mal sitio para arrojar mis cenizas, no" pensé, mientras caminaba bordeando el pequeño lago que hay al fondo del cañón y una fina nieve caía sobre mi cabeza. Meses después, un familiar me comentaba la conversación que había tenido con un compañero de trabajo que había visitado Islandia. De todo lo que había visto allá, lo que más le había impresionado era Ásbyrgi, hasta el punto de confesarle que era un lugar donde le gustaría que depositaran sus cenizas. Bromas fúnebres aparte, lo que quiero decirles con lo anterior es que Ásbyrgi tiene "algo" tan especial que es capaz de generar el mismo pensamiento íntimo y profundo en personas distintas. A eso yo lo llamaría embrujo.

Este peculiar cañón se encuentra en la zona central del norte de Islandia y forma parte del Parque Nacional Jökulsárgljúfur. Tiene una longitud de 3,5 km por 1,5 km de anchura y sus paredes alcanzan los 100 metros de altura. En la zona central está dividido por una formación rocosa de 25 metros de altura llamada Eyjan ("la Isla"). Dentro del cañón, un sendero atraviesa un bosque de abedules, pinos y sauces, hasta llegar al pequeño lago Botnstjörn.

(esta imagen, cortesía de http://www.ismennt.is/not/jonasg/asbyrgi/)

Ásbyrgi es probablemente el fruto de dos inundaciones glaciales acaecidas hace 10000 y 3000 años, pero a mí me gusta más la leyenda, ésa que dice que debe su forma a una pisada de Sleipnir, el caballo volador de ocho patas de Odín. También cuentan otras leyendas que Ásbyrgi es la capital de los "huldufólk", los míticos "seres escondidos", tan presentes en todos los aspectos de la cultura islandesa y que aquí vivirían ocultos en las grietas de las paredes del cañón.

Volviendo a lo del principio. Si observan la imagen que abre la entrada y ésta que la cierra, entenderán que en Islandia no resulta dificil hallarse desprovisto de referencias, en un espacio sin tiempo y edad. Desnudo, expuesto, a solas con tus miedos y temores, pero extrañamente felíz.

(parte de la información extraida de la Wikipedia)