viernes, 25 de junio de 2010

Tres chicas de paseo


Esta noticia apareció publicada en El Periódico de Catalunya el pasado sabado 19 de junio.
Su títular es: "SEXO Y CHICAS BAJO CERO" y el encabezado dice:
"Mas de 40000 meretrices de varios paises desembarcan en Sudáfrica en busca de clientes ricos. La prostitución está prohibida en el país, pero se da un mes de tregua ".

No soy ningún experto en Periodismo, y me merece un gran respeto quien ejerce esta profesión lo más honestamente que puede en esta época tan servil, pero no he podido menos que indignarme cuando me topé con ésto el pasado fín de semana.
Vamos a ver. Creo, y si me equivoco, que alguien me corrija, que cuando se recurre a una imagen para acompañar una noticia, ésta debe estar relacionada con aquella. Esta noticia habla del incremento de la prostitución en Sudáfrica durante el Mundial de fútbol.


En la imagen vemos a tres mujeres paseando por una playa sudáfricana.
¿Acaso son prostitutas, clientes o proxenetas? No parece el caso, ya que el mismo pie de foto habla tan sólo de unas chicas paseando.
Entonces, ¿a qué viene esta imagen?

No sé que pensarán ustedes, pero a la conclusión que llego es que, a falta de imágenes relacionadas con la prostitución en Sudáfrica, al diario ya le ha valido con una de mujeres en Sudáfrica. Aplicando su mismo rasero pero en otra dirección, bien podían haber publicado en su lugar una instantánea de unos hinchas futbolísticos paseando por Johannesburgo para que pensaramos que son clientes. 
O podían haber hecho algo mucho mejor: no publicar ninguna imagen.

Punto y aparte merece el desafortunado titular, redactado como fácil reclamo para llamar la atención sobre la noticia y que, acompañado por la imagen, establece el mensaje subliminal definitivo, reduciendo algo tan complejo como la prostitución a una operación aritmética, tan elemental como peligrosa

chicas = sexo = prostitución

que, en mentes mal amuebladas, acaba convirtiéndose en la siguiente máxima

mujeres = putas

Esta noticia la publica un diario supuestamente progresista (aunque cada vez se menos qué significa eso), que dedica innumerables editoriales y artículos de colaboradores a analizar de forma sesuda la violencia contra la mujer. Unas páginas más adelante, encontraremos al menos 3 hojas de anuncios de prostitución, generadores de unos ingresos de los que el diario no quiere prescindir.
La misoginia, el odio hacia las mujeres, se alimenta tanto de munición de calibre grueso como de pequeñas cápsulas de desinformación, tergiversación, insidias, lugares comunes y tópicos.
No hay que ir muy lejos, recuerden el linchamiento mediático al que está siendo sometida una periodista deportiva por el hecho de ser pareja sentimental del guardameta de la selección española de fútbol, después que ésta perdiera su primer partido del Mundial, y piensen en el tipo de comentarios vulgares y soeces que esa relación afectiva ha generado en charlas de amigos o compañeros de trabajo.
A lo mejor les parezco excesivamente quisquilloso o tremendista, pero cuando llenamos periódicos y telediarios hablando de igualdad de género y denunciando la violencia doméstica, preguntándonos el porqué de ese reguero contínuo de asesinatos, seguimos incidiendo en el mismo tipo de clichés que, sin darnos cuenta (o al menos eso quiero creer) y muy sibilinamente, alimentan ese odio irracional y monstruoso. 

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