martes, 23 de noviembre de 2010

Suicidios y maratones

Osamu Dazai se suicidó con su amante en Tokio, arrojándose a un canal del río Tama. Era 1948 y estaba a punto de cumplir los cuarenta años. Anteriormente, ya lo había intentado en otras cuatro ocasiones. Hacía pocos meses que había sido publicado "Indigno de ser humano / Ningen Shikkaku" (1948, Ed. Sajalín 2010), considerado la mejor obra de su breve bibliografía y pieza clave de la literatura japonesa contemporánea, habiendo llegado a superar, en la actualidad, los diez millones de ejemplares vendidos. Décimo hijo de una familia acomodada, estudió literatura francesa en la universidad de Tokio. Cuando la dejó, fue para militar en el clandestino movimiento comunista, lo que le valió ser encarcelado y torturado por el régimen militar. Autor de varios libros de relatos y de dos novelas, fue candidato al premio Akutagawa en 1935 y 36 . Desheredado por su padre a causa de una relación con una geisha de rango menor, Osamu malvivió devorado por su adicción a la morfina y al alcohol, que le llevaron a intentar quitarse varias veces la vida hasta que finalmente lo consiguió. Conviene no olvidar el fuerte componente de honor que en la cultura japonesa suele llevar asociado el suicidio.
"Indigno de ser humano", sin ser un libro autobiográfico, contiene no pocos detalles coincidentes con los de la propia vida de Osamu para no pensar en que muchas de las vicisitudes que nos relata Yozo, su protagonista, no pertenezcan al autor. Narrada en primera persona, "Indigno..." es la crónica de la decadencia de un ser asocial, que reniega del género humano, mientras pinta y dibuja historietas y es mantenido por una serie de mujeres que son capaces de ver en él lo que él es incapaz de ver en nadie.O cuando la vida duele irremediablemente, sin motivo aparente, y somos incapaces de aliviarla con nada.
Breve (124 páginas), tan sincera como despiadada, profundamente triste, esta crónica de una angustia vital irreprimible, merece una lectura y la editorial que la publica, Sajalín, de catálogo tan pequeño como exquisito, un aplauso.

Haruki Murakami regentaba un club de jazz en Tokio cuando, allá por 1988, decidió que quería dedicarse a escribir. Se deshizo del club y comenzó a escribir y a correr a diario. 
Según Murakami, son necesarias tres cosas para ser escritor. La primera, obvia, es talento, y se tiene o no se tiene. Las otras dos dependen en gran medida de la voluntad de la persona y son moldeables. Son la concentración y la constancia. Para trabajarlas y entrenarlas, Murakami comenzó a correr a diario hasta convertirse en un consumado escritor y corredor de maratones.
De todo eso nos habla el autor en "De qué hablo cuando hablo de correr/Hashiru koto ni tsuite kataru toki ni boku no kataru koto" (2007, Ed. Tusquets, 2010), un delicioso ejemplar que, aparte de hacernos más corta la espera de su última novela, "1Q84", nos permite conocerle más y seguir disfrutando de su limpia prosa.

A mí me gustan mucho, dentro de los libros de Murakami, esas ráfagas en las que el protagonista se dedica a los quehaceres domésticos y el modo escueto y aséptico con que éste los narra. En este ejemplar encontramos mucha de esa minuciosidad en los preparativos de los maratones del autor. Japón, Estados Unidos o Grecia son sus escenarios, sabremos de la música que escucha en su discman, de las deportivas que utiliza, de sus entrenamientos previos, de sus "pájaras", y de como vierte las enseñanzas deportivas en su método como escritor. Claro está que si no le interesa Murakami dificilmente le interesará esta obra, pero aquellos que sí comulguen con el autor, encontrarán aquí un ameno apéndice de su bibliografía.

6 comentarios:

Carol dijo...

Con Murakami no hay manera, he leído ya dos libros suyos y no me acaba de llegar, aunque volveré a intentarlo.

A Dazai sí que tengo muchísimas ganas de conocerle, pero no lo encuentro en la biblioteca, y mi bolsillo está ya muy tembloroso, pero puede ser un muy buen regalo para Navidad.

Un abrazo!

J Luís dijo...

Hola, Carol. No sé cuales son los libros de Murakami que has leido, pero desde luego que éste, dadas sus características, no será el que te aficione a su escritura.
A Dazai lo he encontrado en la biblioteca por el servicio de préstamo (pagas una módica cantidad y te lo traen de la biblioteca donde lo tienen a tu biblioteca habitual).
¡Un abrazo y a recuperar el bolsillo de cara a navidades!

Carol dijo...

Pues de Murakami he leído Tokio Blues y el del país de las maravillas, que ahora no me acuerdo exactamente cómo de titula. Es que no me acaba de llegar nada la forma de escribir de Murakami ni lo que cuenta, me parece que está bien, pero ya está, me aburre un poco.

J Luís dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
J Luís dijo...

Una cosa está clara, carol: si Murakami no te entra, no te entra y no pasa nada.
A mí, "El fín del mundo y un despiadado país de las maravillas" no me gustó; en cambio, "Tokyo Blues" fue el primer libro suyo que leí y me enamoró.
Mi propuesta para quien quiera probar con Murakami es esta: comenzar con "Al sur de la frontera, al oeste del sol", quizá una de sus obras más convencionales, pero bella y emotiva como pocas y a continuación seguir con su recopilación de relatos "Sauce ciego, mujer dormida" donde están recogidas todas las facetas (la surrealista, la romántica, la cómica,la alegórica, etc) del autor.

Icíar dijo...

Me vine el otro día a leer esta entrada. No pude dejar comentario porque me tuve que ir corriendo.
La verdad que la he disfrutado, y más aún veros a los dos comentando.
Todavía no he empezado con este escritor. Me vendré para aquí cuando quiera elegir un título. Eso que dices que te entra o no te entra ...