Has tecleado en el buscador las dos palabras del título y la busqueda te ha traido aquí.
Puede que seas un habitual de esas páginas, o quizás eres uno de esos curiosos morbosos, ávidos de nuevas sensaciones, que quieren acumular "experiencias", como esos que en la carretera y ante un accidente con víctimas disminuyen la velocidad para contemplar la tragedia ajena desde la seguridad que les proporciona su vehículo. Seguro que eres una persona respetable, un ciudadano probo y honrado, un hijo amado, puede que hasta un padre de familia modélico. Deberían verte tus seres queridos en la soledad de tu habitación, frente al ordenador. Dejame decirte una cosa, antes de que marches decepcionado a buscar a otro sitio tu dosis de carne joven: hoy te va a costar encontrar lo que buscas.
Hoy, en miles de blogs en todo el mundo se van a escribir entradas como ésta, con este título u otro similar, para hacerte un poco más dificil tu asquerosa busqueda, para recordarte tu ruindad, lo vacío que estás, lo miserable que eres.
¿Que tú no has hecho nada?
Oh, sí, claro que no has hecho nada, te escudas en la asepsia anónima de tu ordenador, la pantalla de cristal líquido te protege, unos cuantos clics de ratón y ya están ahí todas esas imágenes que tanto te agradan, esos gritos de terror y dolor que tanto te excitan, esos rostros llenos de lágrimas, esos cuerpecitos desnudos, ¿no son adorables?
Cuando ves esas caritas desconocidas ¿piensas en tus hijos, en tus sobrinos, en tus nietos?
No, claro que no.
Ojalá que nunca, nunca, ninguno de ellos sufran las consecuencias de lo que haces, que nunca sean víctimas de tus crímenes. Sí, he dicho bien, crimenes, porque tú destruyes familias en cada país, tú violas niños en cada continente, tú matas niños en cada rincón del planeta.
Y lo haces sin salir de casa.
¿Que tú no has hecho nada?
Oh, sí, claro que no has hecho nada, te escudas en la asepsia anónima de tu ordenador, la pantalla de cristal líquido te protege, unos cuantos clics de ratón y ya están ahí todas esas imágenes que tanto te agradan, esos gritos de terror y dolor que tanto te excitan, esos rostros llenos de lágrimas, esos cuerpecitos desnudos, ¿no son adorables?
Cuando ves esas caritas desconocidas ¿piensas en tus hijos, en tus sobrinos, en tus nietos?
No, claro que no.
Ojalá que nunca, nunca, ninguno de ellos sufran las consecuencias de lo que haces, que nunca sean víctimas de tus crímenes. Sí, he dicho bien, crimenes, porque tú destruyes familias en cada país, tú violas niños en cada continente, tú matas niños en cada rincón del planeta.
Y lo haces sin salir de casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario