lunes, 11 de octubre de 2010

Desde mi ventana

Dos imágenes, dos lugares, dos momentos.



La primera es la última que tomé desde la ventana de mi habitación de hospital, creo recordar que fue el jueves o viernes pasado.La segunda es la primera que hago desde la ventana del salón de mi casa y la tomé el pasado sábado por la tarde. Atrás ha quedado un mes de reclusión hospitalaria forzosa.

Verán, vereis.
Me costó mucho dar el paso de decidirme a publicar "Una habitación con vistas" y hablarles de mi enfermedad. Siendo éste un blog personal con ciertas constantes y temáticas determinadas, tenía el temor que dicha circunstancia  pasara a monopolizarlo, que no pudiera seguir hablándoles de otras cosas que son de las que realmente me apetece hablarles.Pero sería injusto no reconocer que el hacerlo me supuso, en cierto modo, una liberación íntima que después, al publicar "Compuertas", se vió aumentada.

Ustedes, vosotros, mis médicos, mis enfermera/os,  mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo, me habeis dado y me seguís dando el ánimo para afrontar el futuro con optimismo, a mí, que siempre he tirado hacia la zona grís del pensamiento.

En esta primera etapa, la quimioterapia ha resultado tremendamente efectiva y ha hecho remitir la enfermedad a un nivel del 2 % en médula ósea (los médicos consideran como óptimo un nivel inferior al 5 %) y los efectos secundarios me han respetado sobremanera, reduciéndose a alguna fiebre y dolor de cabeza aislados.

Ahora comenzaré una nueva etapa en la que alternaré bloques de pequeños ingresos hospitalarios para una quimioterapia diferente, de entre 3 y 5 días, con períodos de 3 semanas en domicilio de recuperación de las defensas y plaquetas. El próximo ingreso está previsto para finales de este mes; con toda seguridad no tendré el privilegio de una habitación individual y tendré que convivir con la dinámica de camarote de los hermanos Marx que rige el mundo de las visitas hospitalarias de este país.
Por el camino se habrán quedado cabello (aunque ya no había mucho que perder) y músculo (7 kilos perdidos en un mes y no a costa de la barriguilla, ¡gracias, cortisona!), a recuperar entre quimios, y aparecerán hinchazones corporales y, seguro, algunas complicaciones superiores a las habidas hasta ahora. Tendré que evitar ambientes cargados, aglomeraciones humanas y extremar la higiene personal y de mi entorno. Deberé pasear mucho, pero no ir en bicicleta; podré nadar en el mar más adelante, pero no ahora en la piscina de un gimnasio municipal del que me deberé dar de baja.

Mi horizonte personal se ha desplazado de dondequiera que estuviera al minuto a minuto del día a día de los próximos 2 años, mis metas vitales se han simplificado al máximo; en cierto modo, mi vida se ha vuelto extremadamente sencilla: tengo unas instrucciones claras a seguir y debo cumplirlas.

He querido resumirles, por el interés sincero que han mostrado, mi futuro más inmediato como enfermo de leucemia linfoblástica aguda, pero es mi intención que Japandia siga siendo lo que era hasta ahora y sólo se vea afectada por ello cuando pueda aportarles algo que considere interesante o enriquecedor.
Otra cosa es que sea capaz de cumplirla, pero eso ya será materia para otras entradas.

6 comentarios:

Patyclau dijo...

Bien!!!
Por lo menos has tenido el animo de hacer una nueva entrada...me alegro enormemente.
Vete preparando la siguiente entrada que seguro va a ser igual de interesante que todas las anteriores.
Ya nos contarás que tal el libro "La vida facil", entre Carol y tu me teneis como loca con los libros.
Encantada de volverte a leer.

Un abrazo

J Luís dijo...

Hola, Patyclau, muchas gracias. Ya te puedo ir adelantando que "La vida fácil" es uno de los mejores libros publicados este año, un gran policíaco de cariz sociológico con grandes diálogos. Normalmente, en la columna de "Libros para llevarse a la isla" aparece filtrado lo que más me ha gustado (creeme, quedan muchos otros fuera) y más adelante, decido si les escribo una entrada individual o una conjunta a finales de año.
Lo mismo pasa con la música de Japandia

Patyclau dijo...

Hola Jose Luís,
Sobre musica y poesía soy, absolutamente, una iniciada, estoy aprendiendo poco a poco, te voy a contar un secreto, soy una forofa de Neil Diamond, ¡me apasiona!, me gusta mucho Joaquin Sabina y de musica clásica lo de siempre: Verdi "El Nabucco", Beethoven, y Mozart, si me sacas de ahi estoy perdida, bueno los Beatles me gustan y Sinatra.
Asi que al final, le doy gracias a los dioses por encontrarme en este mundo virtual personas maravillosas con inquietudes,fuerza de voluntad y apasionamiento por la vida que me enseñan muchisimas cosas y tambien me hacen hacer un alto en el camino.....

Vuelvo cuando contestes...

Un abrazo

Carol dijo...

Me alegra mucho que ya estés en casa, otra etapa más que dejar atrás la del ingreso, poco a poco estás quemando etapas, seguro que cuando menos te des cuenta habrás superado la de la quimio. Como siempre, mucho ánimo, seguiré atenta a tus actualizaciones. Un abrazo!

Viola Tricolor dijo...

Hola J Luís, que bien en casita ya!
Me estan gustando mucho estos post hospitalarios tuyos, como estan escritos quiero decir, pueden ayudar a gente que llegue a tu blog con tu enfermedad y a los demás también nos ayudan que es admirable como te lo estas tomando, de verdad. Yo no le tendría miedo a las habitaciones camarote marx, es algo muy personal y cada uno es como es, pero la verdad creo que viene bien conocer a gente que esté pasando por lo mismo.
Besos y muchos ánimos para lo que queda, por aquí nos tendras :)

J Luís dijo...

Patyclau, esa es una de las cosas buenas que, al igual que tú, encuentro en la red:la posibilidad de conocer y aprender de los demás.

Carol, de nuevo, gracias por los ánimos, pronto respondo a tu propuesta de Blog de oro, y felicidades por el cumpleaños del tuyo.

Viola, tienes toda la razón acerca de no desdeñar la experiencia ajena, pero cuando hablaba del "camarote de los Marx" me refería principalmente a la tendencia que tienen muchos visitantes en convertir en sala de velatorios las habitaciones de los enfermos con su afluencia masiva.Hace años te daban un pase para 2 personas y los celadores velaban escrupulosamente por su cumplimiento. De ahí al "pasen y vean" actual hay un trecho que supongo es también consecuencia de la progresiva desertización de recursos humanos en la Sanidad pública.

Besos y un fuerte abrazo desde JPD