miércoles, 30 de marzo de 2011

Nunca me abandones

Nadie me negará que uno de los grandes placeres de la lectura consiste en poner tus propias imágenes a las palabras y la imaginación del escritor. Y uno de los grandes atractivos de las adaptaciones cinematográficas de novelas es, aparte de comprobar como se ha trasladado el texto a celuloide, ver si se asemeja -y cuanto- a lo que imaginastes cuando lo leistes.
Sin embargo, el proceso a la inversa es frustrante: cuando lees un libro después de haber visto la película  cargas con la rémora de unos rostros adjudicados y una estética que no es la tuya, sino la del equipo cinematográfico. Bien poco queda ya a tu imaginación.
Es por ese motivo por el que ultimamente intento adelantarme a las películas. En cuanto me entero que hay una adaptación cinematográfica en marcha que me interesa, corro a leer el libro. Ya lo hice recientemente con "Vida de Pi" (Yann Martel), la próxima película de Ang Lee, y con "Siempre el mismo día" (David Nicholls), convertido en filme por Lone Scherfig, la directora danesa de "Una educación".

Y lo hice anteriormente con el libro que hoy nos ocupa, el desolador "Nunca me abandones/Never let me go" (Anagrama,2005), de Kazuo Ishiguro.
 "Nunca me abandones" nos cuenta, alternando pasado y presente, la historia de amistad y amor de tres jóvenes "especiales" - Ruth, Tommy y Kathy- por la voz de esta última y está ambientada en la Inglaterra actual, en un mundo que ha conseguido desterrar las enfermedades, algo en lo que nuestros protagonistas juegan un papel activo. Educados en Hallsham, una institución donde son preparados con mimo para el rol que la sociedad les ha reservado, Kathy,Ruth y Tommy descubrirán que su vida no será nunca como la del resto de los seres humanos y tendrán que aprender a afrontarlo.
Permitanme que sea tan vago al explicar el argumento de esta obra, pero no me gusta destripar las historias, aunque Ishiguro no juegue a sorprender y deje claro bien pronto que la ciencia ficción y la distopía son un punto de partida para hablar de otros temas. Me impresionan dos cosas de su trabajo: la tremenda habilidad para narrar en la voz de Kathy y enlazar  recuerdos pasados y presentes de un modo harto imaginativo, y su maestría y paciencia en tejer una inmensa tela de araña de fatalidad y resignación con los sentimientos y pensamientos de los personajes. Cuando terminas su lectura, con el corazón en un puño, no puedes quitarte de encima  la inocencia, la entrega, la honestidad, la nobleza de unos seres, auténticos ángeles, que te acompañarán toda tu vida.

La adaptación cinematográfica de "Nunca me abandones" está dirigida por Mark Romanek y producida y guionizada por Alex Garland (escritor y guionista habitual de Danny Boyle). Mark Romanek proviene del mundo del videoclip y la publicidad, campos en los que está acreditado como un verdadero maestro, con alguno de sus videoclips (Nine Inch Nails, Madonna) formando parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de New York. Esta es su tercera película.
Con ella me ha pasado un poco lo mismo que con "La carretera" , la adaptación cinematográfica de la obra de Cormac McCarthy. Todo está en su lugar: las interpretaciones (estupenda, como siempre, Carey Mulligan), la ambientación, la fotografía, el tono imprimido por el director a la historia, el tempo cinematográfico... sin embargo, me acaba dejando frio. Y es que el respeto al material escrito no garantiza un buen filme . "Nunca me abandones" no es ni mucho menos una mala película, pero en su trasvase a imágenes ha perdido gran parte de la infancia de los protagonistas y algo del tono elegíaco de la novela. A favor de Romanek y Garland, decir que la tarea no era nada fácil tratándose de una historia elaborada a base de recuerdos y pensamientos, y que si desconocemos la novela podemos hablar de una película estimable, con personalidad y verdadero hálito romántico.
Les dejo el trailer si están interesados en la película, pero mi consejo es que vayan primero corriendo a por el libro. No lo lamentarán.

sábado, 19 de marzo de 2011

Japón


Observen esta imagen nada retocada del monte Fuji.
Posee un cierto halo kitsch que me recuerda a esos "matte paintings" deliciosos de las películas de la primera mitad del siglo pasado. La tomé en una excursión organizada por los alrededores de la montaña. No guardo un buen recuerdo de aquel día; de hecho,si pudiera borrar algo de mi estancia en Japón, sin duda sería ese día. Seguro que conocen la sensación: el día que más acompañado estás, cuando más gente te rodea, es aquel en que deseas estar solo, llorar y evaporarte.

Viene todo esto a cuento de una cosa: se me han quitado las ganas de hablar de Japón.

Llevamos -al menos yo- ya una semana desayunando, comiendo, cenando con la catástrofe y sus consecuencias. Ya nos hemos inmunizado a las gigantescas olas negras y a las casitas arrastradas a la deriva, a ver cientos de coches y contenedores y barcos apiñados como si fueran los restos del juego de un niño travieso, a las sucesivas explosiones en la central nuclear de Fukushima. Las autoridades japonesas, en un gesto de dignidad moral que no conocemos por aquí, nos han ahorrado la visión de los cadáveres, y las cifras oficiales de bajas se nos antojan decepcionantes aunque sean reales (un muerto es un muerto real, no un desaparecido). Hemos escuchado todos los tópicos habidos y por haber sobre los japoneses ("¡no lloran!" ¡no muestran sentimientos!), nos ha hecho mucha gracia verlos guardando cola estoicamente delante de la única tienda abierta del pueblo, esa que nosotros hubieramos saqueado a conciencia después de apalizar al tendero.
Digamoslo claro y alto: pasado el terremoto y el tsunami, lo único que despertaría nuestro interés es una catástrofe núclear que dejara a Tokyo convertida en una ciudad fantasma sembrada de infestados, pero de momento no está siendo el caso y los japoneses están reaccionando de la mejor forma que saben: con educación, respeto, solidaridad y entrega
Aburridos y decepcionados, hastiados por la falta de espectáculo, giramos nuestras cabezas para presenciar la inminente partida de videojuego contra Gadaffi, donde seguro que no nos faltará nada de lo que echamos a faltar (especialmente cadáveres) en la tragedia de Japón, y dejamos a éstos a su suerte. Mientras tanto, en ese otro Japón rural, costero y montañoso, desconocido, malviven encerradas en un gigantesco perímetro de seguridad decenas de miles de personas,muchas de ellas de avanzada edad, sin su medicación, pasando frio, aisladas del exterior,expuestas a posibles fugas radiactivas, con escasez de suministros y víveres. A pocos kilómetros, en una central nuclear dañada y al borde del  colapso, pequeños grupos de operarios y bomberos revisten de honor el término kamikaze y luchan denodadamente contra el reloj y la fatalidad . Y me acuerdo de aquella puta excursión, deseando poder estar a solas, aunque fuera un minuto, y llorar toda la tristeza que me embargaba. Y no puedo dejar de pensar en esos benditos seres, prisioneros en un limbo de aire y frio. Ojalá puedan, ahora que no les miramos impúdicamente, llorar por todo lo que fue y será. 

lunes, 14 de marzo de 2011

¡Gambatte, Japón!

Absolutamente consternado me encuentro tras contemplar las imágenes de tragedia y devastación provocadas por el terremoto y posterior tsunami acaecido en Japón el pasado 11 de marzo.
Mi primera preocupación al enterarme de la noticia fue saber como se encontraban mis seres queridos de allí, sus familias, sus amigos. Afortunadamente, están a salvo, aunque comienzan a padecer las penurias de la escasez de suministros de energia y víveres.
Hoy no voy a escribir mucho más, prefiero que sientan el estremecedor testimonio de Nora, una japonesa que en su post "Un día largo en Japón ", nos cuenta de primera mano cómo vivió la tarde-noche del desastre desde Tokyo y el posterior amanecer, bajo un restallante y limpio cielo azul, incapaz de borrar todo el dolor acumulado.
Por mi parte, les dejo con Ryuichi Sakamoto y su "Bibo no aozora": los hermosos cielos azules.

¡Ánimo, Japón!


miércoles, 9 de marzo de 2011

Madres y abuelas

La pasada semana tuve la ocasión de disfrutar con dos películas excepcionales: "Poesía" y "Mother".
La primera es de lo mejor estrenado por aquí en 2010; la segunda -rodada en 2009-, por desgracia, no ha tenido distribución comercial en las salas españolas y acaba de ser editada directamente en DVD, pero sin duda estará en mi lista de lo mejor de 2011. Las dos proceden de Corea del Sur y ambas nos presentan a protagonistas femeninas (una madre, una abuela) de avanzada edad, enfrentándose a situaciones que las desbordan con una fuerza y serenidad impresionantes.

Corea del Sur es, hoy por hoy, el vivero del cine más original, inventivo y sorprendente del la planeta. Cuatro directores son los principales responsables del prestigio internacional del cine surcoreano: Kim Ki-duk (Hierro 3, La isla), Park Chan-wook (Old Boy, Simpathy for Lady Vengeance), Lee Chang-dong y Jong Boon-ho.
Hoy les hablaré de estos dos últimos.

Lee Chang-dong tiene 57 años y es director y guionista de cine además de novelista, fue Ministro de Cultura y Turismo de su país entre 2003 y 2004 y cuenta ya con 5 largometrajes en su haber. De ellos, tan solo los dos más recientes -"Secret sunshine" (2007) y "Poesía" (2010)- se han estrenado en nuestras salas. De "Secret sunshine" ya les hablé aquí y les recomiendo no perdersela.
"Poesía" le valió a su director el premio al mejor guión en el pasado festival de Cannes.
Unos niños descubren el cadaver de una estudiante en el rio. Yang Mija ( espléndida Yoon Yeong-hee), de 66 años, acude a una consulta médica preocupada por pequeñas perdidas de memoria. Ya en casa, tiene que bregar con su nieto adolescente, vago e indolente.La madre del niño se divorció y se fue a vivir al norte del país. Para tirar adelante y complementar la ayuda gubernamental, Mija cuida de un anciano de la barriada. Cuando un día ve un anuncio de un taller de poesía, se apunta a él. En ese momento no sabe de qué maner la poesía va a centrarla, a abrirle nuevas perspectivas, a ayudarla a digerir toda la tragedia que se le viene encima y a tomar decisiones tan terribles como justas.
Todo esto, en manos de otro director, sería pura truculencia, pornografía de los sentimientos,, pero Lee Chang-dong está demostrando ser un gran experto en el melodrama interiorizado, ese que no alza la voz para gritar más fuerte, que insinúa más que muestra, que deja espacios en blanco para que el espectador los rellene. Que sin explotar, devasta. Todo a base de una puesta en escena limpia, sensorial (hay que mucho que oir y ver en esta película), relajada y nada maniquea.



Jong Boon-ho, de 42 años, es otra de las grandes realidades del cine surcoreano y por extensión del mundial. "Mother" (2009) es su cuarta y hasta ahora última película". La primera, "Barking dogs never bite", permanece sin estrenarse; la segunda, "Memories of murder" (2003) lo coloca en el mapa de realizadores a seguir y sorprende en todos los festivales donde se presenta. Basada en hechos reales, documenta una serie de asesinatos cometidos en un entorno rural y la dificultad de solucíón del caso debido a la ineficiencia de la policia local y a la falta de medios. Recorrida por un delicioso y malévolo sentido del humor, bien podríamos verla como un "CSI" de provincias o un "Zodiac" campestre, rodada con maestría por Boon-ho.
Con la siguiente, "The Host" (2006), de la que les hable aquí, da la campanada sacándose de la manga una película de monstruos, o mejor sería decir una película "con monstruo", ya que lo que mas interesa a Boon-ho es mostrarnos los lazos que desunen y unen a la familia disfuncional -en apariencia- que conseguirá lo que policia, ejercito o medios de comunicación no serán capaces. De factura visual impecable-excelente el monstruo y su  guarida- y gran imaginación en la puesta en escena, "The Host" se disfruta como monster movie tanto como action movie y melodrama familiar, y deja varias escenas para el recuerdo.

"Mother" data de 2009 y a pesar de la buena acogida de los títulos anteriores de Boon-ho en nuestro país, no ha conseguido distribuidor ni exhibidores interesados en proyectarla y se ha estrenado directamente en DVD. Todo esto mientras contemplamos las pantallas llenas de bodrios de Nicholas Cage, Tom Cruise, Adam Sandler, Jason Statham, Jack Black, Seth Rogen, Eddie Murphy, Jennifer Aniston, Cameron Díaz, etc,etc, sólo por citar unos cuantos.
Y es una gran lastima, ya que estamos ante el mejor trabajo del director, que vuelve a los ambientes rurales de "Memories of murder" para relatarnos la relación entre una viuda ( asombrosa Kim Hye-ja) y su hijo Do-joon, retrasado mental y acusado del asesinato de una joven estudiante. Cuando éste es condenado y encarcelado, su madre hará todo lo que esté en sus manos para capturar al asesino y liberar a su hijo.
Escrito así, parece la sinopsis de un telefilme americano, pero no olvidemos que estamos en una película surcoreana dirigida por uno de sus más brillantes representantes. En "Mother" encontraremos ecos de Hitchcock, de Almodóvar, el sentido del humor propio del autor, pero también una capacidad de ternura, compasión y sacrificio hasta las últimas consecuencias en esa madre cegada por el amor a su hijo, ante la que es imposible permanecer impávido. Para el recuerdo: la escena final en el autobús: no se puede decir más sin palabras.
Vuelvo a decirlo: "Mother" es una de las mejores películas de 2011. No se la pierdan.

domingo, 6 de marzo de 2011

Un paseo junto al mar


Pasear es la actividad más recomendada por mis médicos para los períodos en los que no estoy hospitalizado. Mi lugar preferido a tal fín es el camino que discurre, paralelo a las vías del tren a un lado y la playa al otro, entre Montgat y Premiá y que se prolonga hasta Vilassar de Mar. Se trata de una especie de acera de unos dos metros de ancha, que en algunos tramos, más allá de Premiá, se ensancha hasta convertirse en paseo. En fin de semana, sobre todo al mediodía, se llena con tanta gente que se hace hasta incómodo el tránsito, pero en días laborables apenas te cruzas algún que otro paseante, corredor o ciclista..


En Montgat, todavía existen casitas, baños y chiringuitos -pintados de azul y blanco, marineritos- que sobreviven a la Ley de Costas, tan dura y expeditiva con muchas construcciones humildes y tan lasa con los villorrios costeros y los puertos deportivos para los padres de la patria catalana y española. De ellas me encantan sus tejados y azoteas, con sus tendederos, depósitos de agua y antenas de televisión, me recuerdan a las de mi infancia en las calles empinadas de El Carmelo, a las de El Raval en el casco antiguo, esas que aparecen en clips de Nacho Umbert o en portadas de Facto, Delafé y Las Flores Azules. Antes de llegar a la estación de Montgat Nord existe una pequeña terraza de hormigón, rodeada de banquetas y resguardada del sol por un cañizo, que se convierte en lonja de pescado cada mediodía. Rapes, pulpos, lenguados, doradas y otros pescados palpitantes yacen sobre bandejas de mimbre, dispuestas para ser pujadas mayormente por hosteleros y vecinos del pueblo.
Me gusta pasear junto al mar, sentir la brisa y el sol en los días abiertos, notar esa calidez penetrando los poros de mi piel, oler el salitre, ver romper las olas, el cambio de tonalidades del agua, el perro suelto corriendo junto a la orilla; los ancianos bronceados, en las rocas, rindiendo pleitesía diaria al sol; la pareja sobre la arena, leyendo el periódico o un libro; el dolce far niente... me gusta esa imperfección perfecta de vida mediterránea.

viernes, 25 de febrero de 2011

Kyoto


Kinkaku-ji: el Pabellón Dorado, en Kyoto.
Se encuentra en el interior del recinto del templo Rokuonji, construido en el periodo Kamakura (1185-1332) como casa aristocrática y convertido en templo budista en 1422. La segunda y tercera planta del Pabellón están completamente revestidas con pan de oro, con la idea de reflejar la aspiración dinástica de Ashikaga Yoshimitsu, el shogun que tuvo a Rokuonji como casa de campo hasta su muerte, en 1408.
Como ocurre con tantas maravillas de Japón, lo que vemos hoy día no es el Pabellón original. Éste ardió por completo en 1950 y en 1955,con escrupulosa fidelidad, se acabó de reconstruir.
Quizás la que ven arriba sea la imagen más emblemática de Japón, la que más se asocia a este país.

Día lluvioso. A orillas del lago que contiene el Pabellón se agolpan centenares de curiosos que, como yo, cámara en ristre,se disponen a elevar su cotización como estampa representativa .



Ay,Kyoto...
El otro día, contemplando en el blog de Carol una imagen del Pabellón, caí en la cuenta de lo poco que les he contado de esta ciudad inolvidable.
Intentaré subsanar este error en próximas entregas.

jueves, 24 de febrero de 2011

Una nota desesperanzada


"Dolor insoportable, cada día peor. Noche fatal.
He llamado varias veces, me han puesto más calmante, me han puesto morfina.
Hoy no podré comer ya. Casi no puedo tragar. Si bebo agua, me escuece la boca.
Los enjuagues no me alivian. Estoy constantemente babeando. Apenas he dormido.
Estoy desesperado.
Me arde la boca y la garganta"

Escribí esta nota durante mi quinto ingreso hospitalario, el segundo de Urgencias, allá a mediados de diciembre del pasado año. Es una nota de contenido desesperado, escrita con pocas fuerzas y pulso, destinada a expresar por escrito a los médicos lo que oralmente me era imposible de comunicar.

Uno de los efectos secundarios más comunes de la aplicación de la quimioterapia es la mucositis, la inflamación de la mucosa que parte de la cavidad bucal y recorre todo el tracto digestivo. En mi caso dió lugar a un proceso de llagado de boca y garganta, impidiéndome la ingestión de líquidos y alimentos.

Apenas puedes abrir los labios, el alimento que ingieres es progresivamente menos sólido, comienzas a tomar purés y papillas, cada vez sientes más dolor al comer y al tragar, empiezo a tener problemas con los yogures, los sabores ácidos me hacen daño. Ya apenas como, siento dolor al beber agua cuando ésta pasa por la garganta. Acudo a Urgencias y quedo ingresado.
Me suministran suero enriquecido para alimentarme. Ya no puedo comer nada de lo que me traen.
Me visita la dietista y me provee de batidos multivitaminas para sustituir las comidas. Sólo puedo ingerirlos cuando estoy bajo los efectos de calmantes o de la morfina. La morfina, tremenda, provoca alucinaciones y pesadillas. Llego a despertarme convencido de que me han cambiado de habitación y que estoy en otro día. Otra noche acabo sumergido en una extravagante aventura afroamericana en la que la cabeza no para de generar pensamientos de un modo angustioso. Pero la morfina me anula el dolor y me permite dormir a tramos de dos horas. No sé que es peor, si el remedio o la enfermedad. De mi situación solo puedo salir cuando mi organismo vuelva a generar las defensas que la quimioterapia me ha arrebatado.
En total, son dos semanas hasta que puedo volver a intentar ingerir alimentos.

Una noche, en que el dolor era insoportable, no paré de llamar a la enfermera. Ella lo intentó todo para aliviarme. Cuando había agotado todos los recursos me dice que ya no tiene más alternativas pautadas para mí. Es entonces cuando le digo, de forma casi ininteligible por el mal estado de mi boca, que si ya no hay alternativas prefiero morir.

Esta es una de las muchas cosas que esta enfermedad me está enseñando. Nunca pensé que podría decir en voz alta que quiero morir. 
Nunca creí que la desesperación pudiera llevarme a ello. Nunca imaginé que me asomaría al precipicio. 
Nunca me pasó por la cabeza que algún día escribiría una entrada como ésta.



domingo, 6 de febrero de 2011

Nuestro tesoro ( y 3)


ver Nuestro tesoro
ver Nuestro tesoro (2) 

Estás en el interior de una furgoneta climatizada, convenientemente hidratado gracias a las botellitas de agua fresca precintadas que te suministran constantemente tu guía y el chofer. Por la ventanilla, observas el exterior sofocante. Estás llegando a tu destino, llamese palacio o templo, y ya puedes verlos: decenas de niños, niñas y adolescentes se concentran en las inmediaciones de tu destino, esperándo a gente como tú. En cuanto detectan la presencia de tu vehículo corren hacia él y pegan sus caras en el cristal de la ventanilla, ya valorando el número, sexo, edad y procedencia de los ocupantes. Deslizas la puerta corredera para bajar y te ves inmediatamente rodeado de chavales cargados con kramas (típicos pañuelos camboyanos), imanes, falsificaciones de guías turísticas, manualidades y artesanías varias."What´s your name ?", "Where do you come from?", " Is she your wife? ", "Two, one dollar".Llevo puesta una camiseta con una hoja de arce estampada, adquirida en la isla Vancouver: "¿Are you canadian?". En cuanto abres la boca detectan inmediatamente tu procedencia y surgen las frases en castellano. Te quedas sorprendido de la diversidad de idiomas y  riqueza de vocabulario que manejan, del descaro con que emplean todo tipo de tácticas comerciales. Acabas con un niño/a asignado/a que te acompaña hasta la entrada del lugar de visita y te pide que le recuerdes a la salida, que el/ella se acordará de tí. Y es cierto, al salir ya lo tienes pegado a tí  hasta llegar a la furgoneta. Nunca olvidaré la niña que me tocó a la salida del Neak Pean y sus sucesivas ofertas: "two for one dollar", "three for one dollar", "five for one dollar", y la definitiva ante mi negativa insistente, "five for one dollar...including me", que me hizo reir al momento ante tamaño encanto y desparpajo para después, una vez en ruta, dejarme inquieto, reflexionando.

Recuerdo los consejos de las guías turísticas: "nunca les des dinero, fomentarás la mendicidad", " si das algo a un niño, dale lo mismo al resto del grupo", "piensa que si das algo a los pequeños, los más grandes pueden después quitarselo con violencia"... consejos sabios, justificados, pero muy difíciles de cumplir al pie de la letra cuando tienes ante tí esos ojos, esa miradas ante las que no puedes simular estar hecho de piedra, que te hacen sentir lo más despreciable sobre la faz de la Tierra.


Le pregunto a Samuel, nuestro guía, si estos niños no deberían estar en el colegio. Hemos visto otros días, a esas mismas horas de la mañana, las aulas de las escuelas de los templos budistas repletas de niños. Samuel nos dice que sí que estudian ( no nos dice cuando) y que estos niños suelen ser los hijos del personal que trabaja en el templo, o de sus vigilantes y policias, obteniendo de esta forma una ayuda extra para el hogar. Si existe una mafia que los explote, me es desconocido, pero no es en absoluto descartable. 

Ser niño en Camboya, como en tantos otros paises pobres, puede ser, es una auténtica putada.

Visité la Apsara Arts Association, en Phnom Penh, una asociación dedicada a promover y enseñar el arte y la cultura de Camboya a los camboyanos y al mundo entero. Es muy importante recordar que el genocidio perpetrado por los jémeres rojos acabó con la vida de varias generaciones de personas, entre ellas médicos, profesores, técnicos, artistas, etc, cualquiera que poseyera el saber en cualquier tipo de materia. 
En Apsara también se ocupan de huérfanos e hijos de familias pobres, proporcionándoles alojamiento, alimentos y enseñanza. Allí pude ver como estos jóvenes camboyanos aprendían a tocar instrumentos autóctonos y a bailar danzas tradicionales, algunas de ellas de alta carga simbólica y muy ligadas a la vida campesina.



En Siem Reap, estuve en Les Chantiers Êcoles, en una de sus escuelas-talleres, especializada en la enseñanza de técnicas de talla en madera y piedra a jóvenes sin escolarizar de 18 a 25 años, provinientes de ámbitos rurales y con aptitudes para el aprendizaje. Posteriormente, las tiendas de artesanía de calidad Artisans d´Angkor, asociadas a Les Chantier Êcoles, les contratan, ofreciéndoles integración social, profesional y económica. Los productos de Artisans son preciosos y sabes que han sido elaborados bajo un programa de desarrollo y formación destinado a la juventud más desfavorecida.

Por toda Camboya, paulatinamente, surgen iniciativas sociales y empresariales destinadas a evitar que la infancia y la juventud, su tesoro, nuestro tesoro, acabe cayendo en las redes marginales de la prostitucíón, la drogadicción y la delincuencia. Cuando viajas a un país como éste, puedes hacerlo como mochilero o dentro de un paquete organizado.  En mi caso, era un paquete de 13 días más dos días (opcionales) de extensión a las playas de Sihanoukville; de los pocos paquetes disponibles (cuesta encontrar a Camboya como destino exclusivo, sin combinarlo con Tailandia o Vietnam) elegímos éste porque era el que más cuidaba la vertiente social e incluía visitas a varias ONG´s. Afortunadamente, por las fechas y por haber pedido un guía de habla castellana, dispusimos todo el viaje de un guía y un vehículo privado (eramos sólo 4, más guía y chofer) lo que nos permitió examinar más de cerca la realidad del país.
En las guías turísticas, si son buenas, suelen constar los hoteles, comercios, tiendas, restaurantes, asociados a campañas de desarrollo de Camboya y los camboyanos promovidas por entidades no gubernamentales.
Nuestro pequeño granito de arena, como turistas, debería ser utilizar esa información para que nuestros bienvenidos dólares acaben encauzados en algo provechoso, sirvan de pequeñas semillas para que a nuestra marcha Camboya pueda seguir labrándose poco a poco un futuro ajeno a la miseria y la explotación humana en todas sus vertientes.  

martes, 25 de enero de 2011

Play it again, Nile!


La noticia apareció la pasada semana en algunos medios de comunicación.
Nile Rodgers daba a conocer que padecía un cancer agresivo de próstata y que había sido intervenido quirúrgicamente de urgencia a principios de este mes.

Debo decirles que Nile Rodgers es uno de mis musicos favoritos desde mi adolescencia, todo un maestro de la guitarra cuya enorme influencia en el manejo de la rítmica -ese estilo tan personal, telegráfico, preciso y limpio-  ha traspasado el cambio de siglo y sigue vigente en las nuevas generaciones de músicos de pop, rock y funk.



A finales de la década de los 70, Nile, junto con el bajista Bernard Edwards, forma uno de los tandems compositores/productores/instrumentistas/arreglistas más brillantes de todos los tiempos . En efecto, con su grupo CHIC y su ultrasofisticada y elegantísima disco music, reinan mundialmente en el periodo 1977-1980 y sus servicios son requeridos por artistas de la talla de Diana Ross ("Diana"), Carly Simon ("Why"), Johnny Mathis, Deborah Harry ("Koo Koo") o Sister Sledge ("We are family", "Got to love somebody"). Canciones como "Good times",  "Le freak", " I want your love", "We are family", "Spacer",   "I´m coming out" o "Upside down" forman ya parte de nuestra memoria colectiva, a la vez que se erigen como gemas modélicas, no solo de un género denostado como pocos, sino de la música en su acepción más popular.

En los 80, Nile Rodgers publica dos infravalorados discos en solitario y se convierte en el productor más solicitado por las estrellas del pop, del rock y del r´n´b: Madonna ("Like a virgin"), David Bowie ("Let´s dance", "Black tie, white noise")), Duran Duran ("Notorious"), Grace Jones ("Inside story"), Al Jarreau ("L is for Lover"), Philip Bailey, The B-52´s ("Cosmic thing"), Mick Jagger ("She´s the boss"), entre otros, buscan su toque mágico y firman algunos de sus mejores trabajos.
En la actualidad, Nile seguía hiperactivo, dedicándose en cuerpo y alma a la We are family Foundation (la fundación que él creó, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, con el fin de crear y apoyar proyectos que eduquen e inspiren a las nuevas generaciones en el respeto, la comprensión y la diversidad cultural), mantenía su ritmo frenético como músico y productor, giraba con la última versión de CHIC (ya sin Bernard Edwards ni el gran baterista Tony Thompson, fallecidos en 1996 y 2003, respectivamente), y mantenía vivo el legado del grupo con la reciente publicación de "The CHIC Organization Box Set Vol. 1 Savoir Faire " una caja de 4 cedés repleta de clásicos, rarezas, inéditos propios y de otros artistas y remezclas.

Nile ha tenido el coraje de abrir un blog, "Walking on planet C" ("Caminando por el planeta C", la C de cáncer), para hablarnos en tiempo real de su enfermedad, de sus miedos, de su estado físico, de su operación, de sus paseos diarios por una Nueva York nevada, del temor a no poder nunca más tocar la guitarra, ante el cual la muerte se le revela como una opción válida. Resulta dificil no emocionarse cuando nos cuenta que entró en una cafeteria donde sonaba su clásico "We are family" y todo el personal del local estaba cantándola. Él les dijo "Wow, esta es mi canción!" y le miraron como si estuviera pirado. Nadie sabía que la había co-escrito. Sus ojos se le llenaron de lagrimas, él sabía que la gente no tiene por qué conocer a los compositores de las canciones, pero esta era "We are family", escrita por él y Bernard Edwards, ambos residentes en Nueva York, y se sintió realmente herido. Se secó las lagrimas, les dijo que él había escrito la canción que cantaban, se terminó el café, sonrió, dió un abrazo a todos y se despidió. Camino de casa, cantó para él mismo "We are family" tres veces entera.

"El cancer es horrible, te hace pensar un montón, tenía miedo de morir y sentía lástima de mí mismo. El cancer también hace eso. Pero mi tristeza era real. El cancer es una enfermedad humillante y quería sentirme digno" .

"Mis paseos matinales tienen un doble propósito: hacer todo lo que esté en mis manos para sanar e intentar dejar el cancer atrás y compartir los "Good Times" ("Buenos momentos") y recuerdos felices de un perdido compañero de composiciones con cualquiera que escuche. Hicimos música alegre, que elevaba el espiritu, y estoy orgulloso de ello".

Ojalá, Nile, que estés pronto recuperado. Necesito, necesitamos más gente como tú.
Más música como la vuestra.

viernes, 14 de enero de 2011

Mis películas de 2010

Los que seguís esta bitácora sabeis de mi afición al cine.
Hoy os traigo mis películas favoritas de las vistas entre las estrenadas hasta septiembre de 2010, fecha en la que, por circunstancias personales, tuve que dejar de acudir a locales públicos cerrados.

Comienzo con un par de películas españolas.

"María y yo"
(Felix Férnandez de Castro, España)

Excelente debut en el largometraje cinematográfico del prestigioso director publicitario Felix Fernandez de Castro, adaptando a la gran pantalla  "Maria y yo", el  premiado cómic de Miguel Gallardo (ver en este blog "Soy únic@, como los demás") donde nos daba a conocer su relación con María, su hija autista de 14 años, durante su estancia en Gran Canarias, donde ésta vive con su madre, la ex-mujer de Miguel. Documental protagonizado por los personajes reales y que se ve como ficción, totalmente atípico, sobrio, cercano, recoge los aciertos visuales del cómic y aporta otros de cosecha propia. El conjunto destila vida, sensatez, humanidad, cariño, humor y ofrece reflexiones de profundo calado sobre la diferencia y la normalidad en esta sociedad teóricamente igualizante en aras de la corrección política pero profundamente injusta a la hora de llevar sus postulados a la práctica.
Mi momento favorito: Miguel y María jugando y buceando en la piscina del hotel mientras suena "Batiscafo Katiuscas" de Antónia Font. María y el comandante de un submarino abisal, ambos viajando por un mundo tan mágico como lejano y solitario, a 30000 kilómetros de todos nosotros.
No se la pierdan. (ver trailer)


"Nacidas para sufrir"
(Miguel Albaladejo, España)

El irregular pero siempre interesante Miguel Albaladejo ( "La primera noche de mi vida", "Manolito Gafotas", "El cielo abierto"),  intenta -y consigue- montar una sutilmente feroz comedia negra, inspirada por aquellas de Azcona y Ferreri ("El pisito", "El cochecito")que reflexiona sobre la condición femenina en ambientes rurales. Soledad, vejez, dependencia,enfermedad, servido por un plantel de excelentes actrices (inconmensurables Adriana Ozores y Petra Martinez). A Albaladejo siempre se le reprocha su tibieza en los planteamientos, pero pocos como él captan y retratan la España a ras de suelo, sus usos y costumbres, siempre desde una perspectiva humanista y comprensiva. "Nacidas para sufrir" se ve perjudicada por su apariencia de comedia  (el cartel publicitario pseudoalmodovariano no ayuda nada) y por un giro argumental final inesperado y poco convincente, pero por el camino, sin levantar la voz, ha dejado más verdad sobre lo que cuenta que otras obras pretendidamente más serias y mejor consideradas. (ver trailer)


De las cintas de animación, me quedo con estos dos títulos:


 "Como entrenar a tu dragón"
(Dean DeBlois & Chris Sanders, E.E.U.U.)

(ver "De dragones y niños")

Con permiso de Pixar y su "Toy Story 3", la mejor película de animación de 2010.
La he visto dos veces en cine y me regalaron el DVD estas navidades.
De aliento clásico, belleza pictórica, repleta de reconfortante emoción y con un espléndido detalle final de madurez -inesperado en una película infantil- que acaba de engrandecerla.




"Toy Story 3"
( Lee Unkrich, E.E.U.U.)

Ya se ha dicho de todo y bueno sobre esta película, último jalón de Pixar. Aunque me encantan las tres partes, sigo teniendo debilidad por el pluscuamperfecto primer "Toy story". De éste me quedo con el brillante arranque (la visualización desde la perspectiva del juguete de esas surrealistas aventuras que los niños se inventan al jugar), la triste historia del oso Lotso contada por el siniestro payaso Chuckles, la fenomenal transformación del señor Patata en señor Tortita (ésto debería ser Oscar al mejor actor secundario) y el sobrecogedor climax en la incineradora.


Desde el corazón de Europa, dos cineastas austríacos ejercieron de cirujanos y hundieron sus bisturíes en sendos microcosmos europeos


"Lourdes"
(Jessica Hausner, Austria, Alemania, Francia)

La austríaca Jessica Hausner nos lleva a Lourdes, el supermercado de los milagros, de la mano de la escéptica y curiosa Christine (espléndida Sylvie Testud), una joven tetrapléjica postrada en una silla de ruedas, y se aplica a fondo, de una forma tremendamente respetuosa, no sólo para retratarlo en su alucinante y absurda dinámica de funcionamiento, sino para reflexionar sobre las contradictorias corrientes emocionales que se crean entre trabajadores y creyentes, visitantes y religiosos, guardias y enfermeras, enfermos y familiares. "¿Quien merece un milagro?" " Es Dios justo?" y muchas más preguntas por responder en esta sorprendente y rigurosa película de sereno, impecable pulso cinematográfico (brillante el uso de Hausner del plano-secuencia) y moral.


"La cinta blanca"
(Michael Haneke, Alemania, Austria, Francia, Italia)

Michael Haneke, en esta ocasión, y después de dedicar su filmografía a diseccionar de forma implacable los males ocultos en nuestra "avanzada" sociedad actual, nos lleva a una comunidad rural de la Alemania de comienzos de siglo previa a la guerra, para indagar en la soterrada violencia del mundo adulto y sus tremendas consecuencias en los jóvenes. Mucho se ha hablado sobre sus significados -¿parábola sobre el nacimiento del fascismo?¿del nazismo?-, pero a mí lo que más me gusta de este filme es que su aspecto visual pesa tanto o más que el ideológico. Aquí Haneke rueda con una depuración extrema, en blanco y negro impecable, recordándonos que además de fustigador de conciencias es un cineasta de raza.


"Las posibles vidas de Mr. Nobody / Mr. Nobody" 
(Jaco Van DormaelBélgica, Francia; Alemania, Canadá, Reino Unido, E.E.U.U.)

Superproducción europea (40 millones de euros) con reparto internacional (Jared Leto, Diane Kruger, Sarah Polley, Rhys Ifans), destinada a convertirse con el paso del tiempo en objeto de culto.
Desde el futuro, Nemo Nobody, de 118 años, el último mortal en un mundo inmortal, rememorará su existencia desde su nacimiento y todas las decisiones, reales o no, que determinarán que su vida se desdoble y discurra en múltiples direcciones paralelas.
Si lo que les he contado hasta ahora les echa para atrás, les diré que se perderían una de las películas más hermosas y románticas de los últimos tiempos.
Coctel futurista y metafísico de fascinante, imaginativa y bellísima caligrafía visual , "Las posibles vidas..." es, ante todo una gran historia de amor. De amores. (ver trailer)


 "Una educación"
(Lone Scherfig, Reino Unido)

(ver "Una educación necesaria")

Nick Hornby se basó en las memorias de juventud de la periodista británica Lynn Barber para la escritura de su primer guión cinematográfico, este "Una educación". La danesa Lone Scherfig ("Italiano para principiantes", "Wilbur se quiere suicidar") lo dirigió con elegancia exquisita, consiguiendo una de las películas del año. De aguas calmas, pero con carga profunda, esta reflexión sobre el papel de la mujer en la asfixiante Inglaterra Pre-Beatles se beneficiaba de brillantes diálogos, exquisita ambientación y  un fenomenal reparto encabezado por la estupenda Carey Mulligan, toda una estrella para los próximos años.


"The Cove"
(Louie Psihoyos, E.E.U.U.)

Ric O´Barry fue, mientras duró su emisión, el entrenador de los delfines que protagonizaron la exitosa serie "Flipper", en la década de los 60 del siglo pasado . Vivía una vida de lujo y éxito, sin reparos morales a los aspectos turbios de su actividad de reclusión y adiestramiento de especies salvajes. Hasta que un día, uno de los delfines se suicidó en sus brazos: simplemente, eligió dejar de respirar. Profundamente impresionado, decidió dedicar su vida a denunciar la explotación de las especies salvajes en los parques marinos. Eso le lleva a una cala ultrasecreta de la costa japonesa, fuertemente custodiada con los últimos adelantos técnicos, donde cada año se dan citas cuidadores de todo el mundo para elegir los mejores delfines para sus espectáculos. El resto son cruelmente exterminados.
"The cove" documenta, como si de una película de acción y espionaje se tratara, las actividades del grupo que recluta para hacer llegar al mundo las imágenes de ese vergonzosa masacre.
Tan entretenida y absorbente como el mejor cine americano, e ideal para despertar conciencias adormecidas.
(ver trailer)


"El escritor / The ghost Writer"
(Roman Polanski, Francia-Alemania-Inglaterra)

El thriller del año y una película sólida como pocas. Polanski hace de la contención virtud y valiéndose de escasos escenarios bien definidos (un transbordador, una terminal de embarque, una playa, una casa bunker), envolviéndolos en un gris que va a ser el tono de las peripecias de un atribulado Ewan McGregor como escritor de las memorias de un ex-primer Ministro acusado de crimenes de guerra. Hipnótica, atravesada por un constante y negrísimo sentido del humor,"El escritor" nos devuelve el placer de la historia bien contada - y no exenta de reflexiones personales (no cuesta ver a Polanski enclaustrado en esa casa)- por un maestro en plena forma.